Frecuencia: El hilo de seda hay que hacerlo al menos 1 vez al día de forma exhaustiva procurando acceder a cada uno de los espacios interdentales de la dentición. También conviene utilizarlo puntualmente al sentir la impactación incómoda de algún alimento después de una comida.
Momento: Preferentemente después del cepillado que realicemos más a conciencia en el día o bien cuando dispongamos de más tiempo para realizarlo sin prisas.
Tipo de hilo: El hilo con cera es el más adecuado para discurrir entre los dientes más apiñados. La cera también evita que el hilo se deshilache en los espacios en los que haya alguna rugosidad. Pero cuidado porque hay hilos que resbalan entre los dedos y no friccionan suficiente contra en diente para retirar la placa bacteriana.
Eficacia: Depende del conocimiento de lo que realmente se pretende, que es eliminar la placa bacteriana de las superficies laterales de los dientes, y de haber recibido una instrucción detallada de la técnica. La habilidad manual de cada uno también será determinante.
Paso a paso: Debemos estar delante de un espejo a un palmo de distancia para observar con detalle nuestros movimientos. Es recomendable usar un espejo de aumento.
- Se secciona un tramo de hilo de 25-30 cm, de los cuáles usaremos finalmente para la limpieza unos 15-20 cm. El resto de centímetros de hilo son para tener una buena sujeción. Con esta longitud, empleando una técnica depurada, deberíamos poder limpiar los espacios interdentales de un cuadrante entero de la dentición
- En uno de los extremos se realiza una vuelta con el hilo rodeando el dedo índice para que quede sujeto mientras que el otro extremo se mantiene sostenido con la otra mano sin rodear ningún dedo
- El primer tramo de hilo que sigue al tramo que voltea el dedo es el segmento que va a introducirse entre las paredes de los dientes
- Se va deslizando el centímetro de hilo en sentido vertical hasta encontrar una cierta resistencia cuando los dientes están tocando el uno con el otro. Para superar este punto de mayor contacto entre los dos dientes conviene realizar movimientos cortos horizontales, a modo de sierra
- Superado el punto de contacto existente entre los dientes y sin haber golpeado repentinamente el hilo contra la encía, vamos a llegar a las inmediaciones de la papila, que es la montañita de encía con forma normalmente triangular
- Con tal de evitar producir un siego en la encía a la que nos aproximamos en nuestro recorrido en sentido vertical, debemos escoger una de las dos paredes posibles para profundizar el hilo
- Con los dos extremos hacia un mismo lado y perpendiculares al eje axial del diente, contorneamos la curvatura del diente en esa zona e incluso procuramos profundizar 1 o 2 mm dentro de la encía a la vez que realizamos los movimientos cortos horizontales
- Salimos del surco lentamente aún adaptados a la pared que hemos escogido limpiar en primera instancia hasta llegar a estar por fuera de la papila
- Relajamos la adaptación del hilo a la pared trabajada, sin salir de la zona delimitada por el punto de contacto, para correr 1-2 centímetros de hilo con el dedo que está rodeado por el hilo y así obtener un tramo de hilo limpio listo para aplicar a la otra pared del espacio que estamos trabajando
- Después de limpiar la segunda pared, salimos del espacio interdental con suavidad acompañando el hilo con movimientos horizontales para discurrir mejor y de esta manera evitar sobresaltos o desgarros del hilo
Se realiza la misma secuencia en cada uno de los espacios interdentarios
Foto 1. Hilo una vez superado el punto de contacto
Foto 2. Hilo dentro del surco de la encía